No quiero

No quiero ser la estrella más brillante
en la noche de tu cielo más vacío.
Sólo me basta con ser la estrella fugaz,
testigo de tu más íntimo deseo.

No quiero ser la luna más amarilla y llena
que se posa en tu camino de piedras brunas.
Sólo me basta con ser la luz tenue azul,
que ilumina tu sombra de nubes albas.

No quiero ser la lluvia demente y torrencial
que sacia tu naturaleza muerta, recién dormida.
Sólo me basta con ser aquella gota de rocío
que se prende dibujando una rosa en tu mejilla.

Tampoco quiero ser la esclava de tu cuerpo impelido,
ni la musa atropellada en tu pedestal de barro.
Quiero ser música, canción, mariposa, golondrina,
margarita, caracol, montaña y guitarra de gitano.

Déjame ser la brisa calina que revuelca tu cabellera fecunda,
la claridad espléndida que enardece tus párpados recogidos,
la mujer de carne y hueso que tienta tu viril existencia y
embriaga tu alma inocente en un cántaro de vino anochecido.